El maque o laca mexicana

Descripción

La preservación delos “saber-hacer” tradicionales implica una extensa red de interrelaciones, debido a su complejidad y a los cambios que han experimentado a lo largo del tiempo para tener continuidad. Conviene conocer, además, la función que han desempeñado tanto en los grupos en los que forman parte de su tradición, como las que les han otorgado otros sectores externos, entre ellos sus consumidores.

Este trabajo se refiere al estudio del “saber-hacer” tradicional del maque o laca mexicana, abordado desde esta perspectiva holística. Se destacan sus transformaciones técnicas y materiales acaecidas a lo largo de su historia, generadores de su situación actual de riesgo. El propósito ha sido conocer las particularidades de estos cambios y su trascendencia en el resultado de su práctica; esto ha permitido identificar las características materiales que mejor responden a su definición. Se espera, con ello, poder guiar a la corrección del rumbo de su práctica actual, como una medida indispensable para asegurar su continuidad y con ello su preservación para las generaciones futuras.

Maque o laca mexicana son los nombres con que se ha designado al proceso de recubrimiento de soportes vegetales, por lo general cortezas de las especies curcubitácea, laegenaria y crescentia, así como maderas regionales de distintas especies. El recubrimiento se logra mediante la aplicación sucesiva de minerales finamente pulverizados a los que comúnmente se ha llamado “tierras”, que pueden presentar su color natural o ser pigmentadas con compuestos orgánicos o industriales.

Estos minerales se adhieren a la superficie de los soportes por medio de una sustancia grasa o cerosa de origen animal llamada axe. Mediante la aplicación sucesiva de capas alternas del polímero axe-aceite y los minerales pigmentados se forma un sustrato lustroso que cubre con una apariencia homogénea, brillante y colorida los soportes empleados y suele ser objeto de distintos procesos decorativos, a través de los cuales se hace evidente su carácter regional.

Se trata de un saber-hacer tradicional de origen prehispánico, cuya presencia en el territorio mesoamericano dejó su huella tanto en la pictografía tradicional como en los vestigios arqueológicos.